jueves, 3 de enero de 2013

Aby Warburg, la personificación de la memoria

Mucho antes que Umberto Eco condensara todo el derrotero de la Belleza en un libro (Historia de la Belleza), otro se había ocupado de ello.

Mucho antes que los ejercicios curatoriales post avant-garde, donde se intenta agrupar obras disimiles bajo el mismo concepto apenas colgadas en tableros desnudos desprovistos de texto (¿Barrio Joven?) otro se había ocupado de ello.

Asi como la belleza es una idea, el amor también lo es y Abraham Moritz Warburg, mas conocido como Aby Warburg, era un hombre que contenía en si mismo millones de ideas, y su amor por las imágenes lo llevo a embarcarse en el proyecto mas ambicioso de su vida, un atlas contenedor de toda la historia del arte, sin originales, solo reproducciones, adelantándose incluso a Walter Benjamin y su obra del arte en la época de la reproductibilidad técnica (Das Kunstwerk im Zeittalter seiner technischen Reproduzierbarkeit, 1936).
El futuro desde ya no radica en un museo exclusivo, erudito e inamovible. Hoy día es sencillo visualizarlo porque el futuro warburgiano es presente, pero sentar esas bases en una época donde agrandar los acervos culturales era visto como una necesidad predominante, es en sí mismo revolucionario; la motivación de los coleccionistas o donantes podía ir desde saciar el fetichismo por el objeto y adorarlo sabiendo que es único y nuestro, alimentando así al ego; o si pertenece al segundo grupo en el acto de comprar una obra y donarla a un museo -o abrirlo- "para el placer compartido" no se esta dejando unicamente un legado, también se esta trascendiendo a la manera de los mecenas clásicos que aparecían en las obras conversando con la Virgen aunque, claro, los tiempos habían cambiado y se debían conformar con una plaqueta, ganando buen nombre y status. Después de todo un legado es algo relacionado con la muerte, no con la vida y Warburg exploraba la historia del arte desde una perspectiva viva, algo que a priori podría resultar contradictorio o al menos, difícil. si la vanguardia es el resultado de la unión del arte y la vida, ¿que obtenemos de la unión entre historia (pasada) y la vida -inmediata, actual, urgente, arrolladora?


Panel Número 49 del Atlas Mnemosyne de Aby Warburg


Panel Número 58

El reconocimiento de su obra teórica fue algo tardío, siendo la figura de Warburg rescatada por Panofsky, Cassirer, Gombrich,Ginzburg, Didi-Huberman y Benjamin, ni con sus 60.000 volúmenes que hoy forman parte del Warburg Institute que funciona dentro de la London University; sin menospreciar en lo absoluto su esencial obra teórica, su máximo logro no posee-casi- palabras, sino imágenes. es el concepto en si mismo que el Atlas Mnemosyne significa, un Atlas que no se hojeaba, que carga el peso de la historia sobre sus hombros en esos 79 paneles de madera recubiertos de negro con reproducciones que provenían de libros, laminas, periódicos o incluso eran fotografías cotidianas, que tejían múltiples relaciones que sólo él pudo tender y que nosotros intentamos descifrar apelando a nuestra memoria e historia personal.

Warburg quería acercarse a la infinitud, a lo incalculable, a lo inconmensurable, y su límite (cómo el de todos) era la muerte.
Con la desaparición de Warburg en 1929, su "Biblioteca de Babel" de imágenes se convierte, sin quererlo, en una obra finita, algo que el autor no había considerado, ¿o alguien conoce cual es el limite de la memoria?
La pasión que ha puesto en su gigantesca y noble obra, ha hecho trascender su amor a las bellas artes, y todo aquello que se lleva consigo la muerte de Aby Warburg, no intefiere para que su obra siga creciendo ya que está viva ahora, como lo estuvo ayer, y lo seguirá estando siempre, y mientras alguien recorte de un contexto una imagen seducido por su belleza y la sume a su catalogo personal, esta obra inmensa llamada Memoria seguirá siendo infinita.

"Acabo de escribir infinita. No he interpolado ese adjetivo por una costumbre retórica; digo que no es ilógico pensar que el mundo es infinito. Quienes lo juzgan limitado, postulan que en lugares remotos los corredores y escaleras y hexágonos pueden inconcebiblemente cesar, lo cual es absurdo. Quienes la imaginan sin límites, olvidan que los tiene el número posible de libros. Yo me atrevo a insinuar esta solución del antiguo problema: La biblioteca es ilimitada y periódica. Si un eterno viajero la atravesara en cualquier dirección, comprobaría al cabo de los siglos que los mismos volúmenes se repiten en el mismo desorden (que, repetido, sería un orden: el Orden). Mi soledad se alegra con esa elegante esperanza".  (Jorge Luis Borges "La Biblioteca de Babel")

lunes, 28 de febrero de 2011

Venus de Cnido


Enamoraba a cualquier hombre que la contemplaba, fue la responsable de convertir a Cnido en centro de peregrinaje. Se la colocó en un templo con una entrada posterior para que también se la pudiera ver por detrás, y así continuar enamorando a los ya enamorados que la seguían contemplando y recorriendo creyendo, o mejor aún queriendo creer, que en algún momento la bella e inalcanzable Venus iba a despertar.
No solo despertaba amor por su enternecedora mirada, esa expresión radiante y joven, y toda la belleza que emerge del aura de esta afrodita; también despertaba pasiones más incontrolables, los griegos, amplios exploradores de lo dionisíaco no tenían problema alguno en asumir que “ella” principalmente los colocaba en el lugar de voyeurs, y tanto más por su actitud aniñada e inocente al sostener sus ropas sencillamente con su mano izquierda, luego de habérselas sacado para tomarse un baño. En esa actitud relajada y despreocupada en contraposición con su desnudo radica su dual encanto.                                                                                 
Obra que nació para ser moderna, Praxíteles la compone con los principios de contrapposto (toda la armonía equilibrada, el sentido de libertad y descanso) que emergía del Dóriforo de Policleto pero aplicado por primera vez a las formas redondeadas femeninas y, más allá que el desnudo masculino había sido aceptado desde hacía tiempo en Grecia, el hecho verdaderamente significativo fue el desnudo femenino que Praxíteles le presenta a su pueblo y como éste sería la imagen de dicho pueblo, como Hegel lo expreso, para los griegos no hay representaciones, solo hay realidades/presentaciones, la Venus de Cnido era la mismísima diosa del amor y ella era Cnido, ellos le pertenecían y estaban en deuda con ella, no solo porque culturalmente siempre se esta en deuda con los dioses (o Dios), sino que también a posteriori, si por algo se los recordaría en la historia, sería por ella.

Venus de Cnido -copia romana-
Detalle del rostro de la Venus


Goya no fue el único que tuvo que lidiar entre la contraposición del mundo sensual y el mundo decoroso de la/s Maja/s y entrar y salir de ambos simultáneamente: Praxíteles también esculpió al mismo tiempo dos versiones: pero el pueblo de Cnido, quienes no tenían ataduras de ningún tipo (a diferencia de los españoles), y aceptaron de muy buena gana a la segunda versión que fue la que quedaba disponible, llevándose al “pathos” con ellos; y sumiendo en la oscuridad para siempre a la otra versión vestida –el “ethos”- y arrastrando con ella al olvido a aquel pueblo que la adquirió.
De la original (desnuda) nada queda, solo podemos imaginarla gracias a las diferentes reproducciónes romanas con la certeza que ha sido sublimemente más bella que las sombras que quedaron en pie.


miércoles, 9 de febrero de 2011

Grupo CoBrA




Grupo CoBrA: la mecánica de trabajo que tuvo el colectivo artístico CoBrA radicó principalmente, en la fuerza de trabajo grupal y la perdida de la individualidad en pos de la libertad social. Su nombre remite a los lugares de origen de los artistas (Copenhague, Bruselas y Amsterdam), aunque no era excluyente. Formaron parte del mismo Karel Appel, Asger Jorn, Carl Pedersen, Pierre Alechinsky, Egill Jacobsen, Chistian Dotremont, Joseph Noiret, Jacques Calonne, Georges Collignon, William Gear, Pol Bury, Jacques Doucet, Lucebert, Constant y Jan Nieuwenhuys, Corneille, Stephen Gilbert, Erik Thommesen, Jean-Michel Atlan, Ejler Bille, Else Alfelt, Mogens Balle, Eugene Brands, Aldo Van Eyck, Hugo Claus, Svavar Gudnason, Henry Heerup, Anton Rooskens, Karl Otto Götz, Shinkichi Tajiri y Reinhoud d´Haese.

Impulsores de un arte gestual y primal, apoyaron su tesis artística en un tipo de arte despojado de cualquier vicio y tradicionalismo esquemático. Una reacción a la abstracción geométrica y al total control de la obra que estaba en boga por aquellos momentos, CoBrA irrumpió con postulados informalistas y desbordantes, dando lugar al azar, el intercambio y el automatismo como recursos y por ello encontraban en los trabajos de los niños y enfermos una veta a explotar... y a su vez, en este hemisferio, otro grupo encontraría en ellos una veta, había nacido la Nueva Figuración, pero quitando del programa el tema de la no-individualidad, claro...

Modificación CoBrA de Jorn, Appel, Corneille, Constant y Erik Nyholm sobre obra de Richard Mortensen


Libro de Garrit Kouwenaar ilustrado por Constant


Fragmento de un mural CoBrA



Las modalidades de trabajo del grupo fueron tan libres como variadas, muestra de ello fue el libro de ilustraciones que Anton Rooskens hizo en colaboración con su hija Marcelle de siete años de edad. El disparador fueron los dibujos de ella que el artista coloreó.